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Rincón del experto

Aceite de coco en el alzhéimer

Efectos de las dietas cetogénicas en la enfermedad de Alzheimer

Coco.

Coco (Modificado de StockSnap/Pixabay)

Imagen decorativa

Es habitual en la alimentación humana el consumo de aceites vegetales elaborados a partir de semillas y plantas oleaginosas, como la oliva, girasol, soja, colza, palma, coco, palmitos, maní, semilla de algodón, entre otros. Las preferencias por uno tipo u otro aceite varían con las costumbres y la producción en cada territorio, y su valor nutricional vendrá dado por su composición de nutrientes y ácidos grasos.

Los efectos protectores o tóxicos de cada aceite dependen en gran medida del tipo de grasa que contengan, por ser responsable de mediar en el funcionamiento de las células inmunitarias, encargadas de regular los procesos inflamatorios. Aquellos que contienen mayores cantidades de ácidos grasos poliinsaturados, son considerados como más saludables, y son los que tienen mayor capacidad para corregir los procesos inflamatorios. También son saludables los que tienen bajas o moderadas proporciones de ácidos grasos saturados y monoinsaturados, si se acompañan de cantidades reducidas de las grasas totales.

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El aceite de coco se obtiene de la pulpa de la fruta de la planta del mismo nombre (coco, también llamado cocotero). Esta planta es habitual en algunos países: Sri Lanka, Malasia, Filipinas y algunas regiones de India, y su aceite es utilizado para cocinar. Posee una elevada proporción de ácidos grasos saturados (>90 %) y pequeñas cantidades de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. El elevado contenido en los ácidos grasos saturados láurico (48 %) y mirístico (19 %) y su riqueza en polifenoles, fibra, vitaminas han generado un gran interés en el mundo científico.

En los últimos años se han realizado numerosos estudios con este tipo de aceite. En la mayoría de ellos se ha observado su utilidad en la prevención de las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, entre ellas, la enfermedad de Alzheimer. Asimismo, también, se ha observado que puede ser útil para la reducción de peso y en la prevención de la pérdida ósea, la caries dental, la diabetes y la dermatitis atópica, entre otras.

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Se postula que el beneficio del aceite de coco está asociado a que contiene precursores ricos en cuerpos cetónicos, contribuyendo a disminuir el metabolismo de la glucosa. El cerebro de las personas predispuestas a sufrir la enfermedad de Alzheimer muestra alteraciones en el metabolismo de la glucosa (disminución), y en la actividad de la insulina. Se ha investigado y está documentado que la modificación del metabolismo de las cetonas puede ser de gran ayuda para proteger las neuronas, y en esto se basan las dietas cetogénicas. En este mismo sentido, existen estudios sobre la utilidad del aceite de coco para frenar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, al ser una fuente eficaz en el control de los cuerpos cetónicos manteniendo la función mitocondrial. Su alto contenido en triglicéridos de cadena media será convertido en cetonas en el hígado (dieta cetogénica), constituyendo una fuente energética alternativa para el cerebro, que contribuirá a mejorar la función cerebral, y con ello la memoria.

Investigaciones realizadas en animales de experimentación predispuestos para desarrollar la enfermedad de Alzheimer han evidenciado que, cuando se les ha sometido a una dieta cetogénica, mejoraban en la memoria visoespacial, aprendizaje y en el rendimiento en pruebas de memoria a corto plazo.

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Sin embargo, estos efectos positivos no han sido observados en animales de experimentación (ratones normales), que habían recibido una dieta con un 5 % y un 20 % de aceite de coco virgen. No se encontraron beneficios ni en el aprendizaje, ni en la memoria, ni en las tareas de reconocimiento de objetos. Los animales que habían recibido una dieta de aceite de coco virgen al 20 % mostraron disminución en la memoria de reconocimiento, y al realizar el estudio neuropatológico de sus cerebros se hallaron alteraciones en el hipocampo (regiones relacionadas con la memoria), observándose una clara degeneración neuronal en este grupo de ratones.  Estos resultados contradicen otras investigaciones que resaltaban que las dietas cetogénicas, como la del aceite de coco, reducían la beta amiloide en ratones predispuestos a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Una reciente revisión de ensayos clínicos controlados realizados en humanos, que tenían como objetivo el estudio del posible beneficio de las terapias cetogénicas en la mejora de la función cognitiva y en el retraso de la progresión de la enfermedad de Alzheimer, destacaron que una terapia cetogénica puede ser beneficiosa para reducir, en adultos, la pérdida cognitiva, el deterioro cognitivo leve, o la enfermedad de Alzheimer. Concluyen que el consumo de agentes cetogénicos como el uso de comidas/dietas cetogénicas altas en grasas y bajas en carbohidratos inducen efectos beneficiosos neurocognitivos.

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La mayoría de los estudios mostraron resultados favorables en la utilización de los triglicéridos de cadena media (componente más importe del aceite coco), para mejorar la función cognitiva general, aunque no mejoraron significativamente la atención, la memoria y el lenguaje. Resaltando que dicha mejoría cognitiva en personas con deterioro cognitivo leve o con enfermedad de Alzheimer se observaba solo en las personas que no tenían el alelo ε4 de la apolipoproteína E.

Existen pocos estudios realizados en personas con enfermedad de Alzheimer. El de mayor duración, realizado en un número reducido de personas, (20 personas de edad media 72.6 años), a las que se les administró durante seis meses aceite de triglicéridos de cadena media, similares a los que contiene el aceite de coco (42 g/día, o la máxima tolerada), mostró estabilidad e incluso ligera mejoría en el 80 % de las personas tratadas.

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Podemos concluir que las dietas cetogénicas pueden proteger en la aparición del deterioro cognitivo, pero no existe evidencia científica que avale que el aceite de coco o las dietas ricas en triglicéridos de cadena media protejan contra el deterioro cognitivo o la enfermedad de Alzheimer, excepto en personas con un deterioro cognitivo leve y en personas con enfermedad de Alzheimer de leve a moderada, si son negativas para el alelo ε4 de la apolipoproteína E.

La mayoría de los estudios tienen grandes limitaciones por el reducido número de personas evaluadas y por las sistemáticas seguidas, y no se pueden extraer conclusiones hasta se realicen estudios más amplios.

Dr. Secundino López Pousa

Cómo citar esta página:

López Pousa S, Lombardía Fernández C. El rincón del experto: Dietas cetogénicas en el alzhéimer [en línea]. Circunvalación del Hipocampo, noviembre 2023 [Consulta: 29 de abril de 2024]. Disponible en: https://www.hipocampo.org/rincon-del-experto/ExpertCase0052.asp.

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Última actualización de esta página: 15-11-2023.
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Última actualización en el sitio web: 29 de abril de 2024
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