Paciente de 73 años de edad valorado en la consulta de Neurología de forma periódica a lo largo de 2 años y diagnosticado de enfermedad de Parkinson por una clínica cardinal consistente en temblor de reposo de predominio en miembro superior derecho, rigidez, bradicinesia y alteración de reflejos posturales. Seguía tratamiento con levodopa y selegilina con adecuado control de sus síntomas.
No se referían fluctuaciones motoras ni complicaciones de tipo psiquiátrico a lo largo de este tiempo de seguimiento, durante el cual había podido mantener sus actividades habituales (gerente de una empresa familiar) sin limitaciones significativas.
En la última visita, la familia que lo acompaña relata que a lo largo de los últimos 6-8 meses, lo vienen notando triste, poco comunicativo, "perezoso" y con escasa ilusión a la hora de iniciar actividades nuevas. Han notado que pasa horas ensimismado, sin llegar a concluir la tarea que estuviera realizando. Se muestra incapaz de programar las actividades que ha de realizar al día siguiente o las realiza a destiempo, de forma desorganizada. Parece mostrarse poco reactivo ante los problemas, disgustos o alegrías cotidianas, como si nada le importara…
Sin embargo él no se ha quejado de desánimo, astenia, ni tristeza. En las últimas vacaciones fue incapaz de alternar las diversas aficiones que antes tenía, manteniéndose casi todo el tiempo viendo la TV, pero mostrándose poco crítico con respecto a noticias, acontecimientos, etc.
Se muestra olvidadizo, tiende a usar dietarios y notas cada vez con mayor asiduidad, sin que esto haya impedido el haber olvidado citas importantes o tareas inexcusables en su negocio.
El examen neurológico evidenció un discreto temblor de reposo en mano derecha, con ligera rigidez en "rueda dentada". El discurso espontáneo era escaso, hipofónico, con pobre articulación, pero bien estructurado y sin transformaciones semánticas, fonéticas o parafasias. No había defectos en repetición ni en nominación. El resto del examen solo evidenciaba escaso braceo derecho durante la marcha y una tendencia a la inestabilidad postural tras la maniobra del empujón.
Se realizó un Mini-Examen Cognoscitivo (MEC) de Lobo que arrojó una puntuación de 20/35 (fallos predominantes en orientación temporal, concentración y cálculo, ejecución de ordenes verbales secuenciales, memoria inmediata y copia). Obtuvo un total de 6 puntos en la escala de depresión geriátrica de Yesavage (versión completa), y en la escala de demencia de Blessed la puntuación fue de 2-0-3 puntos.
Ante el predominio de sintomatología propia de disfunción cognoscitiva frontal se aplicaron diversos test como el de las cartas de Wisconsin y la prueba de Stroop, con puntuaciones sensiblemente inferiores a la normalidad.
Los estudios complementarios realizados (analítica rutinaria con hemograma, bioquímica, estudio de coagulación, hormonas tiroideas, serología luética y vitamina B12, así como radiografía de tórax y TAC (tomografía axial computarizada) de cráneo) fueron normales.
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